Sus aplicaciones de escritorio (cliente) realizan muchas funciones críticas para su negocio. En parte debido a esto, pueden ser susceptibles a la piratería en línea, la manipulación, la investigación de vulnerabilidades y las violaciones de datos y propiedad intelectual.

Del mismo modo, si bien las aplicaciones de servidor tienen cierta protección contra los firewalls, también pueden ser vulnerables a ataques cuando sus clientes las alojan, las ejecutan en servidores externos o acceden a ellas directamente a través de configuraciones incorrectas o violaciones de firewall.

Hay docenas de formas en que los piratas informáticos pueden sondear sus aplicaciones para descubrir y explotar vulnerabilidades. Por ejemplo, uno de los métodos más comunes, y hasta la fecha, más devastadores, que utilizan para encontrar formas de atacar aplicaciones es desmenuzar y modificar aplicaciones con herramientas de depuración e ingeniería inversa.

A su vez, esto significa que corre el riesgo de sufrir daños financieros y de reputación que pueden ser difíciles de revertir una vez que comienzan. Cada año se pierden millones de dólares en este tipo de ataques, lo que significa que las medidas de seguridad adicionales de las aplicaciones son más importantes que nunca.

Uno de los mayores riesgos tácitos en el desarrollo de aplicaciones es la distribución de código fuente no controlado, que tiene diferentes riesgos específicos de la industria asociados. Por ejemplo, las cooperativas de ahorro y crédito y otros servicios financieros confían en sus aplicaciones móviles y de escritorio para permitir que las personas manejen sus propias operaciones bancarias, pero también necesitan capas adicionales de seguridad. Esto se debe en parte a que son vulnerables a los riesgos de que las personas pierdan su dinero si una aplicación se ve comprometida. Existen regulaciones similares para otras industrias, como hospitales, empresas de telecomunicaciones, fabricantes y más.